Los buenos libros con frecuencia son prestados y los libros prestados se tienen que devolver pero las frases o palabras se quedan con nosotros,.. o se ponen en un blog para no olvidarlas. Esto estába por ahí;
"El estudio del sonido musical es importante sólo porque la música lo es y porque la calidad del sonido es importante para la música."
- John R. Pierce
"Robert Hooke en su diario en una anotación fechada el 8 de Agosto de 1666 contó que era capaz de indicar cuántos aleteos da una mosca (de aquellas que zumban cuando vuelan) por la nota musical que produce al volar.
Yo le comenté que eso era algo demasiado refinado"
- Samuel Pepys.
"En Occidente han abundado las mujeres virtuosas. A las mujeres les ha gustado mucho la música. Las mujeres que han compuesto mucho han sido, sin embargo, escasas. Escapan a la muda. No se les exige ningun esfuerzo para recobrar la voz de su infancia, les basta con hablar, les basta con abrir la boca. Dominan su voz, de un extremo a otro de su voz. Son preeminencia en el tiempo y todo-poderío tonal, y hegemonia en la duración, y el mas absoluto imperio en la impronta sonora ejercida sobre los mas pequeños, sobre los que nacen. Los hombres estan condenados a partir de los trece o catorce años, a la pérdida de la compañia del propio canto de sus emociones, de la emoción innata, del affeto. La muda se añade a la separación del primer cuerpo. Igual que la presencia del sexo entre sus piernas, la voz grave, falible y agravada que sale de sus labios, la nuez de Adán, en mitad del cuello, sellan la pérdida del Edén. La muda es la impronta física que materializa la nostalgia, pero que la vuelve inolvidable, se recuerda sin cesar en su misma expresión.
Toda voz baja es una voz caída. A poco que los hombres despeguen los labios, en seguida -como un nimbo sonoro alrededor de su cuerdo- el sonido de su voz les dice que no recobrarán jamás la voz. El tiempo está en ellos. No volveran jamas sobre sus pasos. Componen con la pérdida de la voz y se las componen con el tiempo, son compositores. La metamorfosis del grave al agudo no es posible o al menos no es corporalmente posible. Sólo es instrumentalmente posible. Lleva por nombre música.
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El oido humano es preterrestre y preatmosférico. Antes del aliento mismo y antes del grito que lo desencadena , dos oídos se bañan durante dos o tres estaciones en la bolsa del amnios, en la resonancia de un vientre. De manera que toda percepción sonora es un reconocimiento y la organización de ese reconocimiento es la música.
No podemos deshacernos -en el afecto, en el vestido de Déjanire de los sentimientos- de esta nube sonora original, mientras permanecemos bajo el régimen de la emoción, mientras estamos vivos. El placer que se experimenta en el momento de la audición de una música tonal es regresivo. Tratamos de acercarnos a la norma sonora que reguló el oído antes incluso del nacimiento, a la gama primitiva que, de niños, nos procuro el primer desbroce y que buscaba reconciliar y acordar en nosotros el pavor de los sonidos.
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La espera es la única experiencia que el tiempo nos ofrece de sí mismo. Asimismo, una parte del objeto de la música es precisamente sobrellevar la demora; construir tiempo más menos no frustrante, experimentar la consistencia del tiempo y, poco a poco infiltrar en éste un antes y un después, un regreso y un porvenir, un este y un oeste, un soprano y un grave,una rapidez y una lentitud, un llevar las riendas de la frustración, dominar la creencia inmediata y jugar con la impaciencia.
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La lengua alemana llamaba al aburrimiento el "tiempo largo"
La langweile, el aburrimiento, es una suerte de humor vacío indolente. Pero la indolencia del aburrimiento no es más que una máscara petrificada en el rostro de la rabia. La rabia que existe bajo el aburrimiento es la rabia más compartida, es la rabia de estar sometido a la sexuación y a la muerte o, para decirlo de una forma mas sencilla, es la rabia de estar sometido a la espera de lo que se ignora; espera que traiciona y expresa la muda. La música es otra máscara que se lleva en ese mismo rostro de impaciencia y de rabia. La música dice que el acecho es bueno, o al menos es lo mismo que vuelve. Que el acecho es armonioso o, al menos que va hasta el acorde en el instante, a través de la armonía, y hasta el acorde en el tiempo, a través de la melodía. Es una espera de lo que se ignora, pero una espera en la que se sabe que lo que se ignora, sin que sea conocido no será del todo desconocido, y es suave, se va y vuelve, y siempre se va sólo para volver.
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Escuchar la espera con mucha atención. Escuchar música atentamente es convertir un momento de "tiempo largo"
- Pascal Quignard
La lección de música.
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Algunas letras sobre música, el sonido y la voz humana.
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